Cuerpo, Subjetividad y Tecnologías Digitales
" El Hombre postorgánico: un proyecto fáustico ", así subtitula el capítulo sumergiéndonos enseguida en la relación de los dispositivos de poder y de saber. Un contexto en el cual vivimos hoy en día, que nos constituye y al mismo tiempo lo constituimos, que nos induce a nuevos modos de ser, pero ¿que tipo de saber es el que entiende al cuerpo humano como una configuración orgánica condenada a la obsolescencia y lo convierte en un objeto de la post-evolución?, es a lo que nos lleva la autora.
Planteando la idea de que una tecnociencia consiste en superar la condición humana, relaciona rápidamente nuestra sociedad occidental, en dos aspectos citados por Hemínio Martins. Fausto y Prometeo, son las dos figuras míticas que recurre este filósofo para analizar las bases de nuestra tecnociencia.
La tradición prometeica apuntando al bien común de la humanidad. Apostando al papel liberador del conocimiento científico, que anhela mejorar las condiciones de vida a través de la tecnología. Una sociedad racional, con una sólida base científico-industrial capaz de erradicar la miseria humana. La perspectiva fáustica ,en la que los procedimientos científicos no tendrían como meta la verdad o el conocimiento de la naturaleza íntima de las cosas, sino ejercer control y prevención de los fenómenos.
Plantea la afinidad entre la técnica fáustica y el capitalismo. Y que en la actualidad, la meta del proyecto tecnocientífico no consiste en mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los hombres; es un impulso ciego hacia el dominio y la apropiación total de la naturaleza.
Paula Sibilia (Buenos Aires, Argentina, 1967).
Estudió Comunicación y Antropología en la Universidad de Buenos Aires, donde también llevó a cabo actividades docentes y de investigación. Ha obtenido una maestría en Comunicación en la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro, un doctorado en Salud Colectiva en la Universidad del Estado de Río de Janeiro y otro en Comunicación y Cultura en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Actualmente es profesora de Estudios Culturales y Medios en la Universidad Federal Fluminense. Sus investigaciones más recientes se ocupan del estatuto del cuerpo y de sus imágenes, de las nuevas prácticas corporales y de las transformaciones en la subjetividad contemporánea.
Fondo de Cultura Económica ha publicado El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales (2005, 2009) y La intimidad como espectáculo(2008).
Estudió Comunicación y Antropología en la Universidad de Buenos Aires, donde también llevó a cabo actividades docentes y de investigación. Ha obtenido una maestría en Comunicación en la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro, un doctorado en Salud Colectiva en la Universidad del Estado de Río de Janeiro y otro en Comunicación y Cultura en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Actualmente es profesora de Estudios Culturales y Medios en la Universidad Federal Fluminense. Sus investigaciones más recientes se ocupan del estatuto del cuerpo y de sus imágenes, de las nuevas prácticas corporales y de las transformaciones en la subjetividad contemporánea.
Fondo de Cultura Económica ha publicado El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales (2005, 2009) y La intimidad como espectáculo(2008).
Con respecto a lo que mencionas acerca del capítulo 2 de Sibilia me parece interesante el como abordaste el tema de lo que es la tecnociencia según las dos figuras míticas, es decir, Prometeo y Fausto.
ResponderBorrarDesde mi punto de vista en nuestra sociedad actual a la tecnociencia la relacionaría con lo que menciona Fausto cuando dice que "los procedimientos científicos no tendrían como meta la verdad o el conocimiento de la naturaleza íntima de las cosas, sino ejercer control y prevención de los fenómenos", ya que como bien todos vemos a diario en los noticieros o en páginas informativas de Internet la ciencia avanza día a día, pero es la ¿ingeniería genética un bien común para la sociedad?. A mi entender la ciencia avanza pero hacia sus propios intereses y no con fines de ayudar a los hombres al contrario busca controlar y dominar. Además como es sabido las nuevas ciencias no están al alcance de todo el mundo sino que solo la minoría que tiene poder adquisitivo puede tener acceso a los tratamientos científicos que hay como mencionaba Paula Sibilia en su texto que "íbamos camino a la inmortalidad" y eso se consigue gracias a los nuevos avances desde lo médico" pero como dije anteriormente las personas con recursos mínimos no podrán sobrevivir si necesitasen ello ya que la tecnología que se utiliza para ciertos tratamientos es de costos muy elevados. Concluyendo con mi comentario la tecnociencia que mencionaba Prometeo en la cual apostaba al papel liberador del conocimiento científico, que anhelaba mejorar las condiciones de vida a través de la tecnología me parece un poco iluso, por lo menos en la actualidad. Saludos!